Gestos bonitos con mi cuerpo

Siempre he tenido una relación complicada con mi cuerpo. De pequeña recibí muchos mensajes negativos, desde que usar shorts me hacía ver vulgar hasta que si era gorda nadie me iba a querer. La relación complicada con mi cuerpo se convirtió en una relación complicada con la comida. Llegué hasta a tenerle miedo, y ha sido un camino difícil, doloroso para sanar esa herida. Honestamente no puedo decir que ya está sanada del todo pero sí puedo compartir algunas de las cosas que he aprendido para cuidar mi cuerpo, mi corazón y mi energía.

Cuando me veo en el espejo, muchas veces mis ojos se van directo a lo que no me gusta: mis brazos, los rollitos de mi espalda, las manchas de sol en mi cara. Me cuesta un rato pero intento llevar mi atención consciente a lo que sí me gusta, y me doy cuenta que son muchas más cosas. Mis ojos y mis pestañas, mis cejas, mi cuello, mis hombros. Y luego hago algo que por mucho tiempo no pude hacer: Me doy un besito☺


Un besito para mi hombro izquierdo, uno para el derecho, muchos besitos en las manos que luego me llevo a la cara. Me doy besitos como se los daría a una persona que quiero, y soy cariñosa conmigo, como lo soy con otres. Aprendí que sí, mi cuerpo es un templo, y yo soy la diosa para quien fue creado. Por lo tanto, lo cuido. Me cocino rico y sano porque quiero que lo que consumo me nutra, que me haga bien. Yo sé que soy intolerante a la lactosa, entonces la evito y cuando se me cruza un buen queso, me trago las enzimas digestivas que llevo en la bolsa. Yo sé que si como mucha grasa o mucha azúcar, me siento mal, soñolienta e hinchada, entonces trato de no hacerlo. Yo sé que el alcohol no me ayuda en este momento de mi vida, y me está costando mucho pero lo llevo un día a la vez. Tomo agüita en vez.


Hago tiempo para hacer ejercicio. Bailo mucho, aunque sea sola, salgo a dar vueltas en bici y a caminar. Hago box, spinning o pilates cuando puedo. Busco el placer de sentir el sol sobre mi piel, o el viento en la cara y entre el pelo, o la grama bajo mis pies. Me encanta el olor a naranja y jazmín y el de las patas de mi perrita (yo sé, pero es lo que es) así que hago lo posible para rodearme de lo que me hace sentir bien. La vida ya es lo suficientemente enrevesada como para hacérsela una más difícil.


Para cuidar mi corazón aprendí a poner límites y a cuidar mis vínculos. Soy honesta con lo que quiero, con lo que siento y terminé por sacar de mi vida a las personas que no me cuidaban cómo yo necesitaba o que no respetaban mis límites. También me tocó que me sacaran por no entender cómo cuidar a otras personas; una de cal y una de arena. Aprender a hacer eso me costó un año de terapia y de agarrarme los ovarios pero descubrí que cuando una es honesta consigo misma y se rodea de gente que la quiere y cuida como una necesita, la vida se vuelve un poco menos dura.


Pido abrazos y los ofrezco. Mi hermane siempre llega conmigo y me pregunta si puede darme un abrazo, a veces estoy de mal humor y le digo que no, entonces me dice que es porque elle lo necesita. Estoy convencida de que un buen abrazo te alinea hasta los chakras.


¿Sabían que los seres humanos necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 para mantenernos sanos y 12 para crecer? Abrazar es muy importante.


Para cuidar mi energía me doy baños de sal, intento mantener una atención consciente, respirar y agradecer. Pasar tiempo en silencio con una misma, aunque sea cinco minutos, hacer meditaciones guiadas, prender inciensos. Es importante reconocer que una no puede con todo, aprendí que también una forma de cuidarme es pedir ayuda.


Is this amor propio? No sé, creo que sí. No nos enseñan cómo se ve el Amor Propio™, sólo nos lo exigen como a Kat en Euphoria. Yo sólo sé que cada quién es cada quién y mi estrategia ha sido reconocer mis propios lenguajes de amor y luego tratarme a mí misma como trataría a unx amante, a lo mejor lo que me ha servido a mí también les sirva a ustedes, dressyheads.


Un besito,
@conejotropical