Trabajo y fe

Hablar de trabajo y fe realmente parece no ir de la mano. Hay personas que creen que solo por fe se nos darán las cosas sin ponerle un poquito de trabajo, personalmente creo que no es así. Trabajar y tener fe para mí es esa ecuación perfecta para lograr nuestros sueños y metas.

No encuentro una mejor forma de explicarles esto, sino contando un poco de quién soy. Me llamo Daniela, soy emprendedora, sobreviviente de Cáncer en 3 ocasiones y receptora de un trasplante de médula o sea. Buena intro ¿no?

Llegué a esto cuando a los 23 años me diagnosticaron Leucemia Linfoblástica Aguda B, una forma muy agresiva de cáncer en la sangre y desde entonces he navegado esta aventura con mucha fe, con la certeza que algún día mi sanación llegaría, en ese tiempo cerré una carrera universitaria, conocí al amor de mi vida y le di vida a “entre cosas”, un pequeño emprendimiento con algo que amo, la ropa y el maquillaje. Esto como muchos emprendimientos nació de la necesidad que tenía de ayudar en mis tratamientos que día a día eran más costosos.

Cuando estás enfermo o pasando por un momento difícil, perder la fe, las ganas de trabajar y querer darte por vencido es común, pero en ese momento necesitas inyectarte de fe, de que las circunstancias van a mejorar y ponerse a trabajar en lo que esté en tus manos para mejorar las circunstancias. Eso estaba haciendo a principios de este año, trabajando con fe que la quimioterapia que estaba recibiendo iba a funcionar, pero nos dieron la noticia que el cáncer había regresado por tercera vez, y para serles sincera desde ese momento tuve muy claro que si lo que necesitaba para vivir era un trasplante de médula, íbamos a lograrlo, se volvió mi sueño, uno muy difícil pero no imposible y algo en mí se prendió a no parar de trabajar, a no perder la fe ni cuando las cosas se veían mal. Simplemente seguía.

Si me tocaba empacar hasta las 2 am lo hacía con una sonrisa y llena de agradecimiento que todo sumaba a lograr mi sueño.... vivir. Hasta que llegó el día, con mucha ayuda, trabajo en equipo y una cantidad inmensa de fe, llegamos a otro país a hacer ese trasplante y contra cualquier posibilidad logré un trasplante de un miembro de mi familia, el cual me dio la oportunidad de volver a vivir.
El 28 de agosto de este año recibí mi transplante y aunque fue un proceso súper duro lo logramos, hoy estoy trabajando poco a poco en recuperar mi ritmo antes de todo esto, en lograr manejar mi emprendimiento y sobre todo con mucha fe que hay mil sueños más que cumplir de ahora en adelante.

Lo que me gustaría decirles es que en la vida todos tenemos sueños, y muchas veces por miedo no damos ese salto de fe para hacerlos posible. Perdamos ese miedo, tengamos fe en nosotros mismos, en lo que podemos lograr. Trabajar en nuestros sueños y en nosotros mismos es lo más importante que podemos hacer, tengamos esa certeza que siempre hay un poder superior cuidando de nosotros y guiándonos en nuestros sueños y que cuando este es para nosotros todo se alineará para recibirlo sin importar lo imposible que sea.
Todo es posible con fe, trabajo y amor .

 
Danny Aguirre.